Los pasados 24 y 25 de abril se reunieron en Nueva York jefes de Estado, ministros y más de 100 delegaciones de diferentes países durante la Reunión de Alto Nivel sobre la Consolidación y Sostenimiento de la Paz. El presidente de la Asamblea General de la ONU y ministro de Asuntos Exteriores de Eslovaquia, Miroslav Lajčák, abrió la reunión afirmando que los esfuerzos de Naciones Unidas deberían ir más allá de abordar las necesidades inmediatas de los territorios devastados por la guerra. “Nos falta mucho para ayudar a los países a tener una paz duradera", declaró.
Durante la presentación de la FIP, María Victoria Llorente reflexionó sobre los retos y oportunidades de la implementación de los Acuerdos de Paz en Colombia. Para Llorente, un elemento fundamental para que la paz sea sostenible, se centra en promover asociaciones entre los estados, empresas y actores internacionales. (Ver Diálogos interactivos 1 y 2 del 25 de abril de 2018)
“Sabemos que las agendas de construcción de la paz y desarrollo sostenible están profundamente entrelazadas. Colombia ha hecho un gran esfuerzo para esta relación. Nuestro Departamento Nacional de Planeación ha declarado que 16 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tienen indicadores relacionados con la implementación del Acuerdo de Paz (siendo la única excepción el ODS No. 14, "Conservar y utilizar los océanos de manera sostenible"). Adicionalmente, hay una coincidencia en el cronograma tanto para los ODS (que están planificados para 2030), como para el Plan de Implementación del Acuerdo de Paz (que se extiende hasta 2031)”, explicó Llorente.
Según las cifras expuestas, el Gobierno colombiano ha estimado que la implementación del Acuerdo de Paz costará aproximadamente USD $ 47 mil millones (COP $ 129.5 mil millones) en un período de 15 años. En los siguientes 15 años se tendrá que invertir el 0.8% del PIB anual a esta tarea. Hasta ahora, el Estado se ha comprometido a financiar el 85%, y el 15% restante deberá cubrirse a través de la cooperación internacional y la inversión privada. Esto implica un gran compromiso político. El problema es que, según Llorente, esto está sucediendo en un entorno político problemático e incierto en Colombia, en el marco de las próximas elecciones presidenciales y el continuo cuestionamiento de la legitimidad del Acuerdo por parte de diferentes actores políticos y sociales.
“Este panorama nos deja en medio de un significativo desafío: superar las barreras que impiden a diferentes actores trabajar juntos para lograr los cambios necesarios para integrar a Colombia, transformar sus áreas rurales y evitar mayores contratiempos en nuestro proceso de construcción de paz”, señaló la Directora de la FIP.
Como conclusión de la presentación, Llorente recalcó la necesidad de un Pacto Público-Privado para la estabilización del país. “Las organizaciones de la sociedad civil como la mía, conectadas con el sector privado, podrían desempeñar un papel fundamental en la articulación y promoción de alianzas innovadoras para garantizar la paz sostenible”, finalizó.
Por su parte, en el cierre de la jornada, Miroslav Lajčák enfatizó lo expuesto por Llorente y exaltó el trabajo de la FIP, en su papel de sociedad civil para lograr una paz sostenible. El Presidente de la Asamblea General aseguró que la paz sostenible es demasiado grande para abordarla por sí sola. "Es necesario la cooperación de las Naciones Unidas con los Estados; las organizaciones regionales y subregionales; la sociedad civil; el sector privado y las instituciones financieras", concluyó Lajčák.