Análisis / 19 de junio de 2018 / Tiempo de lectura: 4 min.

La FIP propone un cambio de rumbo en los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial

En esta Nota Estratégica, la Fundación Ideas para la Paz examina la implementación del Acuerdo de Paz desde la perspectiva de la participación ciudadana y propone seis recomendaciones para dar un giro urgente y significativo

Foto: MinInterior
Foto: MinInterior
  • Autore/as
  • Sergio Guarín
    Sergio Guarín FIP Alumni
  • Paulo Tovar S.
    Paulo Tovar S. Investigador asociado
  • Ana María Amaya Villarreal
    Ana María Amaya Villarreal FIP Alumni

Un año y medio después de la firma del Acuerdo de Paz, la incertidumbre sobre su implementación no podría ser mayor. El presidente electo, Iván Duque, ha señalado que la paz requiere correcciones; aunque hay algunas pistas, no se sabe a ciencia cierta qué alcance tendrán los ajustes, ni menos qué mecanismos se utilizarán para llevarlos a cabo o cómo incidirán en la integralidad de lo firmado con las FARC.

Mientras tanto, el presidente Santos insiste en que la paz va viento en popa pese a que la percepción general es que el Acuerdo naufraga y se aproxima una coyuntura definitiva.

En este contexto, la Fundación Ideas para la Paz (FIP) se ha propuesto examinar la implementación del Acuerdo de manera técnica, realista y propositiva. Esa es la motivación de la Nota Estratégica 05: presentar, con miras hacia el futuro, un ejercicio de monitoreo y análisis independiente del Acuerdo de Paz desde la perspectiva de la participación ciudadana (específicamente, de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial – PDET).

Para este análisis, la FIP utilizó la metodología del “Sirirí”. Junto a la Universidad ICESI, la Universidad Tecnológica de Bolívar, la Universidad Francisco de Paula Santander (Sede Ocaña), y el Programa de Desarrollo y Paz del Cesar, observó y analizó 12 ejercicios participativos PDET en cuatro subregiones del país.

La nota es enfática en advertir la urgencia de un cambio significativo de rumbo en los PDET. Si bien la realización de ejercicios participativos por núcleos de veredas ha marcado un camino importante a seguir, la baja capacidad para conseguir insumos concretos en estos ejercicios, la falta de articulación con otras iniciativas, y el excesivo hermetismo con que los PDET vienen siendo implementados, están desfigurando su propósito central. Hoy se corre el riesgo de cumplir lo formal sin transformar lo sustancial.

Con todo ello en mente, la FIP le propone al nuevo Gobierno Nacional seis recomendaciones específicas sobre aspectos técnicos y estratégicos que son susceptibles de modificar en la implementación de los PDET, y con ello aportar a un propósito de más largo aliento: profundizar la democracia en el país.

Evento de lanzamiento

Durante el lanzamiento de la nota estratégica “Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial: cambiar el rumbo para evitar el naufragio”, que se realizó el pasado 21 de junio, en Bogotá, María Victoria Llorente, directora de la FIP, recordó que la participación ciudadana es necesaria e importante para la construcción de paz. “El Estado y la ciudadanía deben reunirse en espacios que generen confianza. La toma de decisiones en las políticas públicas serán legítimas cuando la ciudadanía esté presente, pero esa participación debe ser eficaz y de calidad”.

“Llevamos el Sirirí, gracias a los socios locales, a un conjunto de ejercicios PDET, pensando en que son espacios vitales en la paz. Los 12 espacios que revisamos no son una muestra estadísticamente representativa, pero sí una observación sistemática y comparable. Por primera vez estamos viendo por dentro los procesos de participación”, explicó Llorente.

Por su parte, Luis Fernando Pérez, Program Officer de la Fundación Ford, reconoció el trabajo de la FIP y la importancia de hacerlo desde la ruralidad. “Desde el 2014, que comenzamos este trabajo con la Fundación, la herramienta nos ha permitido ver cómo va el avance en los territorios.”

Entre las presentaciones iniciales también estuvo la de Sergio Guarín, director del área de Posconflicto de la FIP, quien explicó el porqué del nombre de la metodología. “El Sirirí es sinónimo de tenacidad y representa la posibilidad de lograr cambios cuando se es constante. También es un homenaje a Fabiola Lalinde, líder social de las víctimas del conflicto armado, quien desde hace más de 20 años ha luchado por la recuperación de la memoria de las personas desaparecidas, especialmente la de su hijo, por medio de la Operación Sirirí”.

El evento estuvo acompañado de un panel moderado por Carlos Cortés, creador de La Mesa de Centro en La Silla Vacía, en el que participaron Sabina Rasmussen, profesora de la Universidad ICESI; Luisa López, directora del Programa de Desarrollo y Paz del Cesar; Juan Camilo Oliveros, profesor de la Universidad Tecnológica de Bolívar y Paulo Tovar, investigador principal de la FIP.

En el panel se habló de los retos y análisis de la participación ciudadana y se concluyó que es pertinente ajustar o modificar las iniciativas que se vienen desarrollando en el marco del Acuerdo de Paz con las FARC, siempre y cuando estos cambios contribuyan a propósitos más amplios y profundos. “La participación de la ciudadanía en la toma de decisiones sobre el desarrollo local es un asunto que debe seguir siendo explorado”, concluyeron los panelistas.

 

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