El afán del gobierno por capturar a alguno de los más notables comandantes de las FARC y el proceso de Ralito han puesto el foco sobre las cabezas de estas organizaciones; y la cifra creciente de desmovilizaciones ha puesto sobre la mesa el problema de los combatientes rasos. Sin embargo, entre cabecillas y combatientes hay una franja invisible que, a pesar de las capturas recientes, pasa desapercibida, pero que posiblemente sea la que determine la suerte de la guerra y la paz: los mandos medios.