La multiplicidad de actores armados que han hecho presencia y aún se disputan el control de la zona se puede explicar en gran medida debido a que la región está ubicada en una posición estratégica para el desarrollo de actividades ilícitas, ya que hace parte de un corredor de movilización que va desde el Catatumbo hasta el Urabá antioqueño, pasando por el sur del Cesar, sur de Bolívar, Magdalena Medio, Nordeste, Norte y Bajo Cauca antioqueño.
Debido a esto, las FARC y el ELN establecieron bases y zonas de refugio, asentamiento y avanzada, aprovechándose también de la geografía. De igual forma, a algunos municipios de esta región llegaron las AUC y, posteriormente las bandas criminales, utilizándolos como corredor para controlar actividades relacionadas a la producción, procesamiento y distribución de coca a través del río Cauca.
En 2013, según fuentes oficiales y trabajo de campo, en el Bajo Cauca antioqueño se registró la presencia de las FARC, el ELN y de la banda criminal Los Urabeños. La guerrilla de las FARC está establecida en áreas rurales de todos los municipios del Bajo Cauca con el frente 36, pero su accionar está concentrado en los municipios de Tarazá, Cáceres y El Bagre. Este frente, que es el más activo del Bloque Iván Ríos, lo comanda Ovidio Antonio Mesa Ospina alias ‘Anderson’ y obtiene ingresos de la extorsión a la minería de oro y del cultivo y producción de base de coca. Esta agrupación también hace presencia con el frente 18 en el municipio de Tarazá y con la Columna Móvil Mario Vélez en Cáceres.
En la actualidad, los frentes 18 y 36 de las FARC sostienen alianzas con Los Urabeños para ejercer control sobre el narcotráfico, la explotación aurífera y las extorsiones a comerciantes, profesores, transportadores y profesores bajo amenazas de secuestro o muerte. En relación al negocio de tráfico de drogas, las FARC se encargan de cultivar y procesar la coca, para luego vender la droga a las bandas que se encargan de su comercialización.
En el caso del ELN, se encuentra activo el frente de guerra noroccidental con los frentes Compañero Tomás y José Antonio Galán, que estarían ubicados en Cáceres y Zaragoza. En la actualidad, el ELN desarrolla su accionar en conjunto con los frentes 18 y 36 de las FARC, llevando a cabo actividades extorsivas a la minería ilegal y la producción y procesamiento de coca.
Según información de la Base de Datos del Conflicto de la FIP, en 2012 se registraron en Bajo Cauca 16 acciones de los grupos guerrilleros, una más que en 2011, año en que se presentaron 15. A partir de estos datos, si bien entre 2011 y 2012 se registra un aumento del 6,6%, entre 2010 y 2012 se registra una disminución en el número de acciones del 70,4%. En 2012, el 87,5% de las acciones registradas fueron de bajo esfuerzo militar y el porcentaje restante se trató de acciones de mediano esfuerzo.
Al desagregar los datos de las acciones de los grupos guerrilleros por municipio en 2012, se obtiene como resultado que los municipios que tienen la mayor incidencia de este tipo de acciones son Tarazá (8), que concentra el 50% de acciones de la región, y Cáceres (5), que registra el 31,2% del total de acciones. Nechí y Zaragoza no registran acciones de los grupos guerrilleros para 2012.
Por otra parte, el número de combates por iniciativa de la Fuerza pública para 2012 en Bajo Cauca, fue de 21, registrando un aumento del 5% frente a los 20 combates ocurridos en 2011, pero mostrando una reducción del 25% en relación a 2010. Al igual que con la incidencia de acciones, los combates ocurridos en la región en 2012 también se concentran en Tarazá y Cáceres, registrando el primero un 42,8% de los combates de la región y el segundo el 23,8%. Es decir que, del total de acciones y combates ocurridos en 2012 en la región de Bajo Cauca, más del 70% estuvo concentrado en Tarazá y Cáceres.
Ahora, si bien la región de Bajo Cauca ha sido disputa de múltiples bandas criminales entre los que se encuentran Los Paisas, Los Rastrojos y Los Urabeños, en el momento, la región registra un control casi absoluto de Los Urabeños. Su dominio, ganado después de haberse enfrentado y establecido alianzas tanto con bandas criminales y grupos guerrilleros, como con algunos integrantes de la Fuerza Pública, abarca la zona urbana y las zonas rurales cercanas a las cabeceras municipales de todos los municipios de Bajo Cauca.
En la actualidad, Los Urabeños estarían controlando –en alianza con los frente 18 y 36 de las FARC– la comercialización de pasta a base de coca, las extorsiones en el pago de vacunas a comerciantes, transportadores y mineros informales. Igualmente son responsables de gran parte de los homicidios selectivos, los desplazamientos, las amenazas y la vinculación de menores. Desde mediados de 2013, esta banda está cobrando multas a la población por mal comportamiento y resolviendo conflictos intrafamiliares y entre vecinos.
Sobre las cifras del impacto humanitario que ha tenido la presencia de grupos armados en el territorio, se encontró que en 2012 la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes de Bajo Cauca fue de 19,2, sumando un total de 54 homicidios. En ese año, el número de homicidios presentó una disminución del 56,4% frente a los 124 homicidios que se registraron en la región en 2011 y del 76% frente a los 225 del 2010, años en que la tasa de homicidios había sido de 45 y 83,4 respectivamente.
La información de las tasas de homicidios desagregada a nivel municipal indica que los municipios con las tasas más altas fueron Tarazá (16) y Cáceres (12), que también son los municipios que registraron un mayor número de homicidios. Según el Sipod y el RUV, en 2012 el número de desplazados en Bajo Cauca fue de 1.105 personas lo que representa un 13,34% de la población desplazada en Antioquia, que para ese año fue de 8.282. Si se compara la población desplazada en la región con los desplazados de 2011, que fue de 5.892, se puede observar una disminución entre un año y otro de más del 80%. Adicionalmente, si se observa la Gráfica 8, donde se muestra el número de desplazados por municipio en ambos años, es posible dar cuenta de que esa disminución ocurre en todos los municipios de la región.
Los datos sobre desplazamiento por municipio muestran que en 2012 los lugares con mayor número de desplazados fueron Cáceres y Tarazá, sumando entre ambos más de la mitad de desplazados de Bajo Cauca: el primero representa el 30,8% del total de desplazamientos de la región y el segundo el 22,3%.
En Bajo Cauca, en 2012, se registraron cinco casos de menores desvinculados en El Bagre, llegando a ser el municipio donde más menores se retiraron de grupos armados ilegales del país, así como uno en Nechí y otro en Cáceres. Sobre este fenómeno, si bien en los últimos años el reclutamiento forzado de NNA había sido atribuido mayoritariamente a las FARC y en menor medida a otros grupos, en la actualidad las bandas criminales serían las que más vinculan a menores de edad a sus estructuras en Antioquia.
Las víctimas por MAP en ese mismo año se concentraron principalmente en Tarazá con 15 casos, lo que representa el 62,5% del total de víctimas de la región. Tarazá también fue el municipio donde hubo más víctimas por MAP en Antioquia, registrando el 17% de las víctimas del departamento. Aun así, este número de víctimas en 2012 significó una disminución importante de los accidentes frente a 2011, cuando se presentaron 23. Otros municipios donde se registraron accidentes por MAP en 2012 fueron Cáceres (6) y El Bagre (3).
En cuanto a las extorsiones, según datos de la Policía Nacional, en la región de Bajo Cauca se denunciaron un total de 9 casos en 2012. Para ese año las denuncias sobre extorsión se redujeron a la mitad frente a las 18 denuncias registradas por la Policía en 2011. Seis de ellas se registraron en Caucasia, lo que representa dos tercios del total de denuncias de la región, y el otro tercio en Tarazá, donde se registran dos denuncias. En Cáceres se registró una.
De todas maneras, según el trabajo de campo y la información brindada por otras fuentes, es probable que la disminución en las denuncias se deba a un subregistro de este indicador y no a una disminución de las extorsiones en la región.
Esta reducción, en la mayoría de indicadores de violencia que viene dándose desde 2010 y de forma más evidente en los últimos dos años, coincide con el periodo en el que se ha ido estabilizando el dominio de Los Urabeños en la región. En 2012, este grupo armado definió su poderío en Bajo Cauca por medio de un pacto de repartición de territorio con su adversario más fuerte, la banda de Los Rastrojos, a lo que se suma el acuerdo que tiene con las guerrillas para realizar de manera conjunta actividades extorsivas y de narcotráfico. Esto quiere decir que la información estadística no necesariamente implica una menor presencia de los grupos armados, sino más bien expresa una aparente pacificación que ha resultado de los acuerdos establecidos entre los grupos para distribuirse el control del territorio o desarrollar actividades delictivas de manera conjunta.