Análisis / 21 de marzo de 2023 / Tiempo de lectura: 4 min.

Lo que dejan los diálogos regionales de Petro en la planeación del desarrollo

Los Diálogos Regionales Vinculantes, que buscaban incidir en el Plan Nacional de Desarrollo, fueron una gran puesta en escena de la apuesta del Gobierno Nacional por la interlocución directa. ¿Cumplieron o no su propósito? ¿Qué dicen sobre el diálogo hacia adelante?

Diálogo Regional Vinculante en Bogotá, en noviembre del 2022
Diálogo Regional Vinculante en Bogotá, en noviembre del 2022 © COLPRENSA
  • Autore/as
  • Paulo Tovar S.
    Paulo Tovar S. Coordinador de participación y diálogo
  • Oriana Alonso V.
    Oriana Alonso V. Investigadora
  • Carolina Sánchez Q.
    Carolina Sánchez Q. Investigadora junior

El diálogo con la ciudadanía es un asunto central para el gobierno de Gustavo Petro. El presidente lo ha dicho en sus intervenciones y está consignado en su programa de gobierno. Sin embargo, hay altas expectativas y también incertidumbre sobre la forma y el alcance de ese diálogo.

Los Diálogos Regionales Vinculantes (DRV) fueron una muestra a gran escala de este tipo de escenarios.  ¿Qué forma tomaron? ¿Cumplieron o no su propósito en la planeación del desarrollo? Y, sobre todo, ¿qué nos dicen sobre futuros escenarios de diálogo del Gobierno?

El camino de los DRV

El programa de gobierno “Colombia Potencia Mundial de la Vida” menciona de forma reiterada el diálogo, pero no especifica los Diálogos Regionales Vinculantes. Estos aparecieron en el discurso de posesión del presidente y empezaron oficialmente a mediados de septiembre del 2022 en Turbaco (Bolívar).

Hasta principios de diciembre, el Gobierno desplegó un esfuerzo enorme para realizar más de 50 encuentros regionales en los que invitó a la ciudadanía a presentar sus necesidades de cambio y propuestas de acción, como insumo principal del Plan Nacional de Desarrollo. Cada encuentro contó con padrinos o madrinas del alto Gobierno, quienes abrían el espacio. Luego, la ciudadanía trabajaba por mesas y se cerraba en plenaria. Participaron unas 250.000 personas y se recogieron prácticamente 90.000 propuestas que, a la fecha, no son públicas.

La participación y su capacidad de incidir

La FIP viene impulsado un proceso de reflexión sobre el rol de la participación ciudadana y su capacidad de incidencia en la toma de decisiones, la planeación territorial y la construcción de paz. Por eso, acompañó de manera presencial 20 de los 53 encuentros para registrar de forma sistemática sus características a través de la aplicación de un formulario de observación con indicadores.

Esta es la materia prima del análisis "Diálogo en el gobierno de Gustavo Petro. ¿Qué nos dejan los Diálogos Regionales Vinculantes en la planeación del desarrollo?", que lideró el equipo de Construcción de Paz de la FIP.

Efecto en la planeación del desarrollo

El grado en que el Plan Nacional de Desarrollo (PND) incorpora las propuestas ciudadanas es limitado: las cinco transformaciones que lo componen se definieron previamente y no se conversó con la ciudadanía si estaban de acuerdo con ellas o no. Cada uno de sus capítulos presenta un listado de las necesidades identificadas participativamente, pero son temas generales y no es posible conocer los aportes específicos de la ciudadanía. En contadas ocasiones se menciona las propuestas que surgieron en los DRV para relacionarlas directamente con los planes, programas o proyectos.

Las dos versiones de bases del PND —el borrador de noviembre de 2022 y la versión final de febrero de 2023— son muy similares en forma y contenido, aun cuando entre una y otra ocurrieron 20 diálogos y se pasó de 23.000 a casi 90.000 propuestas ciudadanas sistematizadas.

Cinco perspectivas de los próximos diálogos

El PND hace referencia a futuros espacios de diálogo, por ejemplo, en las políticas de transición energética, sustitución de cultivos ilícitos y trabajo justo. El diálogo con la ciudadanía también es una apuesta grande en las negociaciones con el ELN. Si el modelo de los DRV se replica en estos espacios, tendremos ejercicios masivos y emotivos, pero de baja efectividad.

Lo que la FIP constató durante los DVR da pistas de lo que se podría encontrar a futuro:

  • Ejercicios regionales que son más de consulta que de diálogo, cuyo efecto es la validación antes que la co-creación.

    Proponemos complementar estos escenarios con otros metodológicamente más propicios al diálogo. Por ejemplo: asambleas ciudadanas o conversaciones entre improbables.

  • Encuentros masivos con asistencia mayoritaria de personas y organizaciones que, si bien son tradicionalmente excluidas, resultan afines a las posturas del actual Gobierno.

    Proponemos identificar actores o sectores que no estén asistiendo y definir alternativas para recoger esas voces.

  • Una facilitación (moderación) que se reduce a transmitir orientaciones generales y a velar por que se cumpla el tiempo.

    Proponemos apoyarse en personas o entidades con competencias específicas en estos asuntos.

  • Los aportes de la ciudadanía se sistematizan pero no tienen trazabilidad, y eso compromete su incidencia.

    Proponemos publicar el listado de las 89.788 propuestas recibidas y elaborar una ruta técnica para saber si quedan incluidas en los programas del Plan de Desarrollo o si pueden incluirse en otras políticas públicas o instrumentos de planeación territorial.

  • Son espacios a los que se asiste con entusiasmo, pero también con cautela. No es la primera vez que se realizan ejercicios de planeación participativa en los territorios.

    Proponemos incorporar los avances de ejercicios previos (como los PDET, los Planes de Vida e, incluso, las propuestas que dejan estos DRV) a futuros espacios de encuentro. De lo contrario, la emoción de la ciudadanía puede volverse frustración.

 

Etiquetas destacadas