Generamos conocimiento a partir de la compresión de dinámicas de violencia territorial y de otras conflictividades en Colombia, así como del análisis y evaluación de políticas públicas en los campos de paz y seguridad.
Con ese conocimiento, incidimos en el debate público y desarrollamos iniciativas innovadoras para aportar a políticas y fortalecer capacidades institucionales y de la sociedad civil. Ponemos un énfasis especial en promover transformaciones en las zonas más afectadas por la violencia, donde el Estado es frágil y hay fuerte dependencia de economías criminales.
Acompañamos a la sociedad civil, a las instituciones públicas, al sector empresarial y a la comunidad internacional a que contribuyan activamente a la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible como agendas interconectadas.
Para crear soluciones reconocemos las capacidades que hay en los territorios y las fortalecemos. La experiencia nos demuestra que esto es indispensable para generar oportunidades que impacten en el desarrollo de aquellos lugares donde abunda la ilegalidad y la violencia.
Una forma distinta de pensar la paz
La ‘paz posible’ acepta que las condiciones y dinámicas locales influyen y moldean las trayectorias de cada territorio, por eso avanza a partir de caminos diferenciados. También reconoce de manera honesta cómo funciona el poder local y su relación con el poder central, las tensiones intracomunitarias y las agendas y conflictos no resueltos. Esta es la base para identificar qué debemos hacer colectivamente para generar transformaciones.
Nuestra directora propone una conversación enfocada en las soluciones y las capacidades, que dialogue con la gente de las regiones y que permita encontrar formas de cooperar en medio de las diferencias.
Este video contiene subtítulosTrabajamos en cerca de 130 municipios ubicados en las regiones más afectadas por la violencia, con entidades públicas territoriales, organizaciones sociales y comunitarias, mujeres, jóvenes, firmantes de paz, migrantes, empresas y comunidad internacional.
El 2021 fue un año tan retador como el 2020 por la adaptación a los cambios que trajo la pandemia del covid-19, pero que nos permitió, poco a poco, volver a los territorios más afectados por la violencia que son el corazón de nuestro mandato. Continuamos fortaleciendo nuestras apuestas en las agendas de diálogo, seguridad, estabilización de los territorios y acción empresarial. La mejor noticia es que logramos adelantar de manera exitosa 64 proyectos con el impulso decidido de un equipo de 164 personas.
Nos financiamos con aportes de empresas vinculadas, donaciones de instituciones filantrópicas y proyectos con agencias de cooperación internacional, el gobierno colombiano y empresas.
Estudiamos las transformaciones del conflicto armado, el crimen organizado y las nuevas conflictividades.
Entendemos la construcción de paz como la profundización de la democracia, la tramitación de conflictividades de manera no violenta y la promoción del desarrollo sostenible en los territorios.
Entendemos la seguridad como el producto de una serie de factores que no se agotan en la actividad delictiva, sino que guardan relación con la forma como el Estado diseña políticas para garantizar los derechos y la calidad de vida de los ciudadanos.
Reconocemos al sector empresarial como un actor central para la construcción de paz.