Análisis / 29 de enero de 2024 / Tiempo de lectura: 2 min.

Lecciones para el gobierno Petro de ejercicios previos de participación

La FIP presenta cinco claves que se deben tener en cuenta en los diálogos con los diversos grupos armados en el marco de la Paz Total.

Identificar los bloqueos y aprendizajes previos debe servir para no repetir frustraciones en las negociaciones en curso.
Identificar los bloqueos y aprendizajes previos debe servir para no repetir frustraciones en las negociaciones en curso.
  • Autore/as
  • Paulo Tovar S.
    Paulo Tovar S. Coordinador de participación y diálogo
  • Oriana Alonso V.
    Oriana Alonso V. FIP Alumni
  • Carolina Sánchez Q.
    Carolina Sánchez Q. Investigadora junior

Los avances en las negociaciones con el ELN y el EMC confirman que la participación ciudadana es central para la Paz Total. No es un enfoque nuevo; más bien, se suma al camino recorrido en Colombia sobre participación y paz. En esta trayectoria, por ejemplo, contamos desde hace más de 20 años con Consejos de Paz, un espacio donde la ciudadanía y las autoridades pueden concertar las políticas de paz, reconciliación y convivencia. Más recientemente, la negociación con las FARC incorporó mecanismos participativos y en la implementación de lo acordado se han puesto en marcha ejercicios para vincular directamente a la ciudadanía.

Y aunque ese camino ha dejado sinsabores, no debemos ignorarlo. Al contrario: identificar los bloqueos y aprendizajes previos debe servir para no repetir frustraciones en las negociaciones en curso. Bajo ese espíritu, desde la FIP invitamos a pensar la participación por fuera de la caja, pero comprendiendo cómo ha sido esa caja.

La observación de ejercicios previos nos permite constatar cinco claves para tener en cuenta:

  1. Cada proceso de participación puede tener su sello, sin desconocer los precedentes. La ciudadanía ha entregado más de 190.000 propuestas de paz y desarrollo en procesos previos que deberían ser, al menos, revisadas como punto de partida en nuevos ejercicios. 

  2. Se deben alinear las expectativas de la ciudadanía con la capacidad del Estado para generar transformaciones. Si la participación no se articula con los instrumentos de planeación que ya existen, difícilmente se llegará a programas y acciones concretas.

  3. Hay que abrir la posibilidad a las organizaciones sociales de participar en la ejecución de proyectos y no solo vincularse a la construcción de nuevos planes, elaboración de diagnósticos o entrega de propuestas. Para ello, la articulación con las políticas públicas y programas existentes es fundamental. También requiere un acompañamiento muy cercano.

  4. Mejorar el flujo de información y la trazabilidad de resultados. No podemos seguir teniendo escenarios a los que la ciudadanía llega sin información previa y luego no puede consultar sus resultados.

  5. Para ganar en representatividad y deliberación hay que probar fórmulas distintas a la delegación por sectores o poblaciones. Existen metodologías para vincular a la ciudadanía no organizada en procesos participativos. En Colombia las estamos empezando a explorar y valdría la pena incorporarlas en los asuntos de paz.

 

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