Luego de casi nueve años, la migración de la población venezolana causada por la crisis económica y política de ese país sigue representando uno de los mayores desplazamientos en el mundo. Hasta diciembre de 2024, cerca de ocho millones de personas venezolanas (7.891.241) salieron de su país en búsqueda de mejores oportunidades. Y, según la última actualización de datos de Migración Colombia (2024), Colombia ha recibido a 2.825.611 migrantes de Venezuela con vocación de permanencia o dentro de su tránsito a otros destinos. Más de la mitad de ellos, cerca de millón y medio, tienen entre 5 y 29 años.
Aunque gran parte de la población migrante en Colombia cuenta con un estado migratorio regular, aún enfrenta grandes desafíos para su integración. Los jóvenes migrantes, en especial, se han encontrado con múltiples barreras que restringen su acceso a servicios educativos limitando el ejercicio pleno de sus derechos.
La investigación realizada por la FIP en el marco del proyecto Migran-Acción identificó cuatro grandes obstáculos en materia de educación a los que se enfrentan las y los jóvenes migrantes en Cali, Barranquilla y Cúcuta, algunas de las principales ciudades receptoras del flujo migratorio en el país.
El primero es la exigencia de documentos sobre estatus migratorio y certificados escolares. El segundo desafío es garantizar medios de subsistencia para evitar la deserción educativa. El tercer obstáculo son las mujeres jóvenes migrantes embarazadas o madres que estudian. Y, el cuarto es la adaptación al sistema educativo colombiano (Ver infografía con recomendaciones para cada obstáculo).
Dependiendo de las condiciones de la migración, de las barreras de acceso a derechos fundamentales y de los recursos psicológicos de las personas, estos cambios pueden tener un impacto positivo o negativo en la salud mental.
Claves para la inclusión educativa
Estas barreras comparten tres factores transversales que pueden atenderse con el uso de las TIC desde el marco de la educación inclusiva.
La accesibilidad, que permite a cualquier persona, sin importar su ubicación o condición, acceder a contenido educativo y aprender sin ser discriminada.
La adaptación, entendida como la adecuación del contenido educativo y los métodos y materiales didácticos para que respondan a las necesidades de las personas migrantes.
El fortalecimiento de capacidades de los y las estudiantes, de manera que aprovechen la educación según sus necesidades y circunstancias y desarrollen la capacidad de tomar decisiones orientadas a eliminar barreras estructurales.
En América Latina se han desarrollado más de 10 experiencias significativas (pertinentes, innovadoras y de impacto) para hacer frente a dichos factores. Éstas ejemplifican cómo las TIC pueden contribuir a la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible (ODS 4), garantizando una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todas las personas. Así mismo, dan luces sobre las oportunidades y los desafíos para tener en cuenta a la hora de diseñar e implementar herramientas tecnológicas dirigidas a la juventud migrante.
El análisis de todas estas experiencias permite concluir que las herramientas deben ser sencillas, pero efectivas, para responder a las necesidades de la juventud migrante.
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Desde la FIP recomendamos
Para transformar los retos educativos en oportunidades de crecimiento utilizando herramientas tecnológicas es necesario:
Menos, es más. Para una experiencia eficaz, es clave evitar la sobrecarga informativa, priorizando solo contenido actualizado y útil sobre la oferta y los recursos disponibles.
Sintonizarse con el contexto y necesidades del público. La plataforma debe usar un lenguaje claro, sencillo y cercano, respetar la diversidad y permitir una experiencia personalizada.
La cocreación es esencial. Facilitar espacios de intercambio con las personas usuarias y actores clave ayuda a construir herramientas más efectivas, fomentando su apropiación y uso.
Apoyarse en la inteligencia artificial. La inteligencia artificial puede ser una buena herramienta complementaria siempre y cuando se utilice de manera adecuada.
La tecnología como puente. Las herramientas tecnológicas deben servir como puente entre el público y sus necesidades, sin reemplazar la institucionalidad.
No se trata solo de educación. La integración de la población migrante requiere de un trabajo multidimensional y por ello las herramientas deben brindar información integral.
Sistematizar, evaluar y aprender. Para lograr mejores herramientas tecnológicas, es necesario realizar procesos continuos de sistematización y evaluación con un enfoque de aprendizaje.
El futuro de las herramientas. Reflexionar sobre la sostenibilidad es fundamental para garantizar el funcionamiento de las herramientas a largo plazo.