Estos programas fueron concebidos como parte del Acuerdo de Paz que suscribió el gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC en 2016, se convirtieron en una de las principales apuestas en el de Iván Duque y Gustavo Petro los ratificó.
Los PDET están organizados en 16 subregiones que agrupan 170 municipios priorizados, donde se busca implementar el enfoque territorial establecido en el Acuerdo de Paz. Esta estrategia tiene como objetivo cerrar las brechas de desarrollo entre estos territorios y el resto del país, partiendo del supuesto de que dichas brechas, en muchos casos, fueron causadas por el conflicto armado o se mantuvieron debido a él. Por ejemplo, en estos municipios —donde vive cerca del 13% de la población nacional, cerca de 7 millones de personas— la pobreza multidimensional en 2018 alcanzaba el 45,3%, casi el doble del promedio nacional (25,6%), según un estudio de triage poblacional.
Ampliar su cobertura es un riesgo
Recientemente, la Cámara de Representantes aprobó una propuesta que, además de extender el tiempo de implementación de los PDET, plantea ampliar la lista de los 170 municipios priorizados, previa realización de un estudio. Sin embargo, expandir su cobertura geográfica sería tanto inoportuno como inconveniente. Los PDET son mucho más que una lista. Veamos.
Primero, los PDET son el resultado de un proceso de planeación participativa del desarrollo con pocos precedentes en el país. Según la Agencia de Renovación del Territorio (ART), cerca de 200.000 personas participaron en la construcción de los 16 Planes de Acción para la Transformación Regional (PATR), que recogieron sus visiones de desarrollo y consolidaron 33.007 iniciativas para hacerlas realidad. Ampliar ahora el número de municipios PDET —incorporando nuevos que no vivieron ese proceso— sería desconocer el origen participativo del mecanismo, cuyo objetivo central era reconstruir la confianza en las instituciones.
Los PDET se han convertido en una verdadera marca, pero no son únicamente una etiqueta. La propuesta de ampliar los PDET podría, además, tener efectos adversos tanto en los municipios originalmente priorizados como en los nuevos. El cierre de brechas aún está lejos de alcanzarse, y sumar más territorios sin resolver las deudas iniciales podría generar nuevas expectativas sin haber cumplido las que ya existían, restando además legitimidad.
La deuda aún está lejos de saldarse
El actual director de la ART, Raúl Delgado, ha advertido que se necesitarán más del doble del tiempo y de los recursos inicialmente previstos para implementar los PDET. Si bien ha habido avances —como que el 56% de las iniciativas (18.501 de las 33.007) ya han iniciado su ejecución, según cifras de la propia agencia—, recobrar la confianza ciudadana en que las grandes transformaciones sí llegarán sigue siendo una tarea en construcción.
Hay que destacar que, en 2022, tanto el índice de pobreza multidimensional de los municipios PDET como la brecha con el resto del país disminuyeron, según el último Informe de Desarrollo Humano del PNUD. Este avance es significativo, ya que el actual gobierno se fijó como una de sus metas reducir este indicador, un progreso que deberá ser analizado con datos más recientes. Además, ha aumentado el número de personas que perciben una mayor llegada de bienes comunitarios y una mayor presencia del Estado, según las últimas mediciones de la encuesta de monitoreo de actitudes, percepciones y apoyo al proceso de paz (MAPS) del PNUD, realizadas en las 16 subregiones PDET en 2019, 2021 y 2023.
Pero la tarea está lejos de darse por acabada. Según datos analizados por la Fundación Ideas para la Paz (FIP), las economías (medidas a partir del valor agregado municipal) de los municipios PDET han crecido desde la firma del Acuerdo de Paz. Sin embargo, no hay evidencia de que se haya reducido la brecha que los separa de las principales ciudades del país. Lo mismo ocurre en materia educativa: no es posible afirmar que la diferencia en tasas de acceso a la educación se haya cerrado. A esto se suma que, según el Observatorio de Inversión Privada de Jaime Arteaga, solo el 30% del tejido empresarial local que surgió después del Acuerdo sigue existiendo formalmente.
La segunda razón para no ampliar la lista de municipios PDET es que se han consolidado como una herramienta clave para focalizar la acción institucional. Si bien hay críticas válidas sobre la focalización de los PDET y buenos argumentos para incluir otros municipios, la delimitación actual ha sido fundamental para planear, implementar y hacer seguimiento al esfuerzo multisectorial orientado a transformar los territorios priorizados. Cambiar las reglas a mitad de camino podría dispersar los esfuerzos, desordenar la planeación, poner en riesgo los avances logrados y generar mayor desarticulación entre los distintos niveles de gobierno. Lo urgente no es expandir su alcance, sino profundizar y acelerar su implementación.
Más que ampliar: repensar y profundizar
La tercera razón está relacionada con el punto anterior: los PDET han funcionado como una verdadera agenda de desarrollo, alineando la acción institucional, empresarial y de la cooperación internacional. Aunque las empresas estuvieron más ausentes que presentes en la construcción de los Planes de Acción (PATR), los PDET han servido como un vehículo para que empresas, autoridades locales y regionales, y las comunidades hablen un mismo lenguaje. Incluso existen casos exitosos de empresas que han "pedetizado" sus estrategias de sostenibilidad, buscando alinear sus acciones con algunas de las iniciativas contempladas en los PATR. Ampliar los PDET podría, entonces, desconcentrar estos esfuerzos multisectoriales.
Además, esto desvía la atención de conversaciones más profundas sobre temas clave de los PDET. ¿Deberíamos repensar estos programas para que realmente cierren las brechas de desarrollo, como ya lo sugieren algunas voces? Si se necesitan más tiempo y recursos para implementar todas las iniciativas, ¿no sería momento de considerar nuevas métricas para evaluar su avance? Y, en ese sentido, ¿es realmente necesario ejecutar las 33 mil iniciativas para cumplir con la promesa de transformar estos territorios?
Finalmente, resultaría inoportuno ampliar los PDET en medio de un año preelectoral. Aunque se prevé un estudio, ampliar la geografía con ese trasfondo incrementa el riesgo de que los criterios políticos primen sobre los técnicos.
El Senado tiene todavía la posibilidad de corregir el curso.