Análisis / 10 de febrero de 2014 / Tiempo de lectura: 7 min.

Nº 69. Dinámicas del conflicto armado en Tumaco y su impacto humanitario

Desde finales de la década del noventa, Tumaco dejó de ser un lugar con una mínima presencia de actores armados y violencia para convertirse en uno de los casos emblemáticos de los nuevos escenarios del conflicto armado colombiano. En este municipio confluyen actualmente FARC y bandas criminales, acciones armadas de medio y bajo poder militar, una tasa de homicidios que supera más de tres veces la tasa nacional, un aumento en el número de víctimas por minas antipersonal y casos sistemáticos de microextorsión, a lo que se suma que tiene el mayor número de hectáreas sembradas de coca a nivel nacional.

La trasformación de Tumaco se puede ver en tres momentos. El primero tuvo lugar después de que en 1999 los departamentos de Meta, Caquetá y Putumayo se convirtieran en los principales objetivos militares del Estado, por lo que los cultivos de coca que allí se concentraban se empezaron a trasladar a departamentos fronterizos como Nariño. En ese mismo escenario las guerrillas se replegaron lentamente desde los municipios del centro del país hacia aquellos de la periferia, en busca de zonas de refugio.

El segundo momento tuvo que ver con la llegada del Bloque Libertadores del Sur al municipio y la oleada de violencia que se desató en el marco de la disputa territorial con las FARC. Y el tercero, empezó a hacerse más evidente a partir de 2009 con la puesta en marcha del Plan Renacer de las FARC, con el que enfocaron su accionar en lugares de la periferia del país y estratégicos para una guerrilla que se apoya cada vez más en el narcotráfico y en alianzas con bandas criminales.

Relación entre tasa de homicidio, cultivos de coca y acciones de los GAI en Tumaco, 1991-2012. Fuentes: SIMCI, Policía Nacional, Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH y base de datos del conflicto FIP
Relación entre tasa de homicidio, cultivos de coca y acciones de los GAI en Tumaco, 1991-2012. Fuentes: SIMCI, Policía Nacional, Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH y base de datos del conflicto FIP

En el municipio han hecho presencia el frente 29 y la columna móvil Daniel Aldana de bloque Sur Occidental de las FARC, siendo esta columna el actor armado predominante en el municipio en la actualidad, después del progresivo debilitamiento de Los Rastrojos. La columna móvil Daniel Aldana al mando de alias ‘Rambo’, cuenta con aproximadamente 120 integrantes ubicados en veredas de los Consejos Comunitarios Alto Mira, Bajo Mira, Mejicano, Rosario y Chagui, aunque ‘Rambo’ se mueve por las veredas Mogui, Mateplátano, Pan de Azúcar, Vallenato y La Isla, ubicadas entre el río Mataje y el Mira. Esta columna se divide en otras tres compañías que a su vez se dividen en comisiones. Las más poderosas son las que están al mando de alias ‘Oliver’ y alias ‘El Doctor, así como la estructura urbana al mando de alias ‘El Tigre, cuyo énfasis está en el narcotráfico. Se visten de civil, transitan por varios sectores sin portar armas largas y sostienen una interacción directa con narcotraficantes del Cartel de Sinaloa de México.

En cuanto a las interacciones de la columna con la sociedad civil se puede decir que las relaciones oscilan entre amenazas, desplazamientos e instalación de minas para evitar la erradicación de cultivos e inhibir el apoyo a la Asociación de Campesinos de los ríos Mira, Nulpe y Mataje (Asominuma), que en la actualidad reivindica territorios pertenecientes al Consejo Comunitario del Alto Mira y Frontera.

Entre 2000 y 2012, los principales picos en la actividad armada en Tumaco fueron 2006 y 2011 para el caso de las acciones guerrilleras y 2006 para los combates por iniciativa de la Fuerza Pública. En el caso puntual de 2012, en Tumaco se presentaron 15 acciones de los grupos guerrilleros, es decir, que hubo una disminución del 50% frente a las acciones ocurridas en 2011, cuando se presentaron 31. Estas acciones constituyen el 19% de las cometidas en Nariño durante 2012 (113). De estas, 8 fueron de bajo esfuerzo militar, 6 de medio esfuerzo y una de alto esfuerzo. En ese mismo año, el número de combates por iniciativa de la Fuerza Pública fue de 3, presentando una disminución del 57% frente al año 2011, en el que se dieron 7 combates.

De otro lado, entre 1999 y 2005, en el municipio hizo presencia el Bloque Libertadores del Sur (BLS) del Bloque Central Bolívar de las AUC, que llegó al municipio a disputarle a las FARC los principales centros de acopio y rutas para la salida de drogas, concentrando su accionar en la carretera que conduce de Pasto a Tumaco y en los corregimientos Llorente, La Guayacana y La Espriella. En el marco de las desmovilizaciones colectivas que se llevaron a cabo entre las AUC y el Gobierno Nacional, el 30 de julio de 2005 en la inspección de Policía El Tablón en el municipio de Taminiango (Nariño), 677 miembros del Bloque Libertadores del Sur se desmovilizaron e hicieron entrega de sus armas.

Después se formaron en el municipio diferentes agrupaciones cuyo objetivo era apropiarse de los espacios dejados por el otrora grupo paramilitar. A finales de 2006, estructuras armadas como Nueva Generación, Águilas Negras y Rastrojos empezaron una serie de disputas entre ellas y las FARC, lo que incrementó los niveles de violencia. Hasta comienzos de 2012, Los Rastrojos fueron la banda con mayor control sobre el municipio, especialmente en un contexto de repliegue de las FARC. Sin embargo, a lo largo de 2013 la banda empezó a debilitarse debido a la entrega y captura de sus principales mandos a las autoridades (los hermanos Calle Serna y Diego Rastrojo), los golpes asestados por la Fuerza Pública, el paulatino regreso de las FARC desde las zonas montañosas hacia el litoral y la cooptación de integrantes de la banda por parte de la guerrilla.

Presencia de actores armados en Tumaco, 2013. Fuente: Unidad de Análisis del Conflicto, FIP.
Presencia de actores armados en Tumaco, 2013. Fuente: Unidad de Análisis del Conflicto, FIP.

Más allá de este escenario, la Policía afirmó que en 2013 fueron desmantelados importantes componentes estructurales de Los Rastrojos, como los del Patía Viejo y Bajo Mira. El de Barbacoas fue reducido de 50 a 30 integrantes. Algunas fuentes señalaron que el espacio dejado por Los Rastrojos podría ser llenado eventualmente por Los Urabeños, quienes al parecer ya estarían haciendo presencia en la zona a través de pequeños reductos.

Este reacomodamiento de las agrupaciones armadas y bandas criminales sucede desde 2012, cuando Tumaco continuaba concentrando el 10,6% (5.065) del total de hectáreas con cultivos de coca a nivel nacional (47.790 hectáreas), posicionándose como el municipio con mayor número de cultivos del país, aunque registró un descenso de 9% con respecto a 2011 cuando fueron detectadas 5.593 hectáreas.

La reciente presencia de actores armados y bandas criminales en el municipio generó un aumento en los niveles de violencia que se ha manifestado con mayor énfasis a partir de 2006. Entre 2000 y 2012 se presentaron 2.427 homicidios, lo que lo ubica como el lugar con mayor número de víctimas de Nariño por encima de Pasto, su capital. El pico en la tasa municipal de homicidio fue en 2007 y en 2012, cuando ésta fue de 130,4, más de tres veces superior a la nacional (32,3).

Según el Sistema de Población Desplazada (SIPOD) y el Registro Único de Víctimas (RUV), entre 2000 y 2012 se reportaron 74.348 víctimas de desplazamiento forzado en el municipio de Tumaco, que representan el 30% del total de víctimas del departamento en el mismo periodo (255.835). Los años más críticos en esta materia fueron 2009 y 2011, en donde priman los desplazamientos intramunicipales, intraurbanos y desplazamientos hacia el vecino país de Ecuador. Se suma que Tumaco se ha convertido en un receptor de población desplazada proveniente de municipios cercanos.

Según el PAICMA, las víctimas por minas antipersonal mostraron un incremento en 2011 coincidiendo a su vez con un alza en los desplazamientos forzados y en las acciones armadas de la guerrilla. Asimismo, se ha visto un paulatino incremento en las denuncias de extorsión que reporta la Policía Nacional, aunque se estima que las cifras tienen un alto subregistro si se comparan con las afirmaciones de medios de comunicación y personas entrevistadas en la zona, quienes sostienen que diferentes sectores económicos del municipio están siendo extorsionados.

  • Este documento contó con la colaboración de Daniel Infante, asistente de investigación de la FIP.

 

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