Los centros de pensamiento normalmente generalizan el significado de impacto, influencia e incidencia. No hay consenso en sus definiciones y/o diferencias.
En el caso de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), las preguntas del Comité Directivo alrededor de la incidencia nos retaron a pensar en la manera como la entendíamos y en cuál era el impacto real que tenía un centro de pensamiento como el nuestro que no solo se dedica a pensar sino a hacer: un think and do tank.
En la FIP no teníamos realmente claro cuál era el tipo de incidencia que hacíamos, a pesar de que todos nuestros esfuerzos estaban constantemente volcados a ello. Pensábamos que la incidencia se refería principalmente al posicionamiento en el debate público a través de menciones en medios de comunicación y participación en eventos.
Cuando se habla de incidencia es clave entender la diferencia con las comunicaciones de la organización. El uso que se haga de ellas es un medio para poder incidir, más no un fin.
Por eso, durante muchos años, nuestro único indicador para medir la incidencia fue el número de menciones en prensa, radio y televisión y el número de eventos que organizábamos y a los que asistíamos. Luego se sumaron las redes sociales, aunque teníamos claro que esas cifras no reflejaban todo el impacto de nuestro trabajo.
Teniendo en cuenta la importancia de la incidencia para poder cumplir con nuestros objetivos misionales, decidimos incluirla como uno de los tres orientadores estratégicos de nuestro Plan 2019-2023, lo que reforzaba la necesidad de tener una comprensión clara y común sobre su significado. Con el reto que nos impuso el Comité Directivo, decidimos ahondar en el concepto y explorar ejemplos internacionales que nos permitieran entender, con mayor profundidad, cómo nuestro trabajo nos lleva a incidir.
En este documento, hacemos un recuento del proceso de comprensión y definición de la incidencia de la FIP.