Análisis / 30 de mayo de 2024 / Tiempo de lectura: 5 min.

Las empresas ya cuentan con una Guía Colombia dedicada a la transición energética justa

La Guía advierte que las acciones de las empresas para responder a los riesgos climáticos pueden generar impactos adversos para las personas, exacerbar desigualdades y aumentar conflictos sociales, y propone cómo mitigarlos.

La nueva Guía Colombia convocó a más de 90 organizaciones que se sumaron al compromiso multiactor con la transición justa.
La nueva Guía Colombia convocó a más de 90 organizaciones que se sumaron al compromiso multiactor con la transición justa.
  • Autore/as
  • Alejandra Castillo M.
    Alejandra Castillo M. Investigadora Senior
  • Ana Rojas M.
    Ana Rojas M. Investigadora Junior

Más de 90 organizaciones entre empresas, gremios empresariales, organizaciones de la sociedad civil, entidades del Estado, embajadas y otros organismos internacionales se sumaron al compromiso multiactor frente al cambio climático y la transición justa. 

Lo hicieron durante el lanzamiento de la nueva Guía Colombia sobre “Debida diligencia en el ámbito del cambio climático y la transición justa”, realizada por la FIP y más de 30 organizaciones empresariales y de la sociedad civil, entidades del Estado y organismos internacionales, miembros de la iniciativa multiactor Guías Colombia (conozca más de la iniciativa). 

La Guía contiene orientaciones prácticas y operativas a través de las cuales las empresas pueden actuar para identificar, evitar, mitigar y reparar los impactos adversos que causen o contribuyan a causar sobre los derechos humanos en sus iniciativas de acción climática. Estas orientaciones no solo impactarán su reputación y su gestión social, sino que además marcan el camino para asegurar su resiliencia, su competitividad y su sostenibilidad a largo plazo.

“La Guía demuestra que las empresas pueden hacer frente al cambio climático, responder a las expectativas de sus grupos de interés, ser sostenibles y al mismo tiempo ser coherentes con su responsabilidad de respetar los derechos humanos y adoptar una conducta empresarial responsable en su acción climática”, dijo María Victoria Llorente, Directora Ejecutiva de la FIP

Solo el

3%

de las empresas, a nivel global, han desarrollado planes de transición justa consultando a sus grupos de interés.

Esa coherencia es posible llevando a cabo una debida diligencia en derechos humanos, como se establece en los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las empresas y los derechos humanos (PRNU) y en las Directrices de la OCDE, así como en sus guías sectoriales de debida diligencia. 

Hoy, a nivel global, el 77% de las empresas están comprometidas a lograr cero emisiones netas de carbono, pero solo el 3% han desarrollado planes de transición justa consultando a sus grupos de interés, y solo el 5% de las juntas directivas de las empresas tiene competencias para evaluar y gestionar los riesgos en DDHH y las oportunidades estratégicas relacionadas con la mitigación de un problema compartido por todos: el cambio climático.

Las responsabilidades y posibilidades del sector empresarial

De acuerdo con la nueva Guía Colombia, en el contexto del cambio climático, la debida diligencia significa que las empresas tienen, por lo menos, cuatro grandes responsabilidades: 

  • Abordar los impactos reales y potenciales sobre los derechos humanos relacionados con sus medidas de transición, mitigación y adaptación al cambio climático.

  • Promover la realización, cumplimiento y disfrute de los derechos en el camino a una economía baja en carbono.

  • Fomentar el diálogo social y la participación significativa de los titulares de derecho potencialmente impactados por la acción climática de las empresas.

  • Prestar especial atención a grupos poblacionales históricamente vulnerados y excluidos.

Christine Backstrom, CEO del Consejo Internacional de la Industria Sueca, destacó la experiencia de las empresas en Suecia y la importancia de las alianzas y el trabajo multiactor para hacer frente a los desafíos del cambio climático. Mencionó que “la transición justa necesita liderazgo y acá, donde estamos, están los líderes”, dijo refiriéndose a las cerca de 90 organizaciones que se sumaron al compromiso por una transición justa. 

Esperamos que esta Guía Colombia se convierta en un instrumento de apalancamiento para que las empresas puedan influir en otras organizaciones de su cadena de valor sobre cómo gestionar de manera proactiva los riesgos sobre las personas y el medio ambiente”
Juanita de la Hoz Directora de Conducta Empresarial Responsable de la FIP

La nueva Guía Colombia recibió el apoyo de expertos en transición justa y cuenta con el respaldo de la OCDE, la Unión Europea y el proyecto CERALC, ya que está alineada con los principios de Conducta Empresarial Responsable (CER) y la transición ante el cambio climático, como lo establecen los estándares internacionales en la materia, incluyendo las nuevas líneas Directrices de la OCDE. 

Al respecto, el Jefe Adjunto de la Unión Europea, Joerg Schreiber, destacó el rol que cada actor tiene en la transición justa. “Todos somos agentes de la transición justa y las empresas tienen una responsabilidad fundamental. Ellas tienen que respetar los derechos humanos en todas sus operaciones”, señaló.

Diálogo y participación

Para la FIP, integrar los derechos humanos en las estrategias corporativas de cambio climático requerirá del diálogo y la participación significativa entre las empresas, el Estado, los trabajadores y las comunidades. Un diálogo que se centre en los impactos adversos sobre las personas y en las oportunidades para superar el cambio climático, entendiéndolo no solo como una amenaza sobre los modelos de negocio, sino como el camino para conseguir una mayor competitividad y ser sostenibles a largo plazo. Solo así se garantizará que la transición sea justa, se tengan en cuenta los intereses de las empresas y se respeten y promuevan los derechos de todas las personas.

A propósito de este tema, la directora de la Redprodepaz, Patricia Alba, destacó su apuesta para que "el Gobierno y las empresas entiendan a las pobladoras y pobladores no como beneficiarios, sino como socios de los proyectos”. 

En la misma línea, Claudia Naranjo, directora de Generación y Protección del Empleo del Ministerio del Trabajo, resaltó que esa cartera ha insistido en la importancia de que las empresas vinculen a sus trabajadores en todas las decisiones sobre agendas de transición a empleos verdes y azules. "Por eso estamos convocando a un diálogo social multiactor que incluya a la academia y a organizaciones sociales y sindicales con representatividad en los territorios, para construir agendas de transición justa que atiendan las necesidades de la gente", dijo. 

El diálogo social es también uno de los hitos para la transición justa que resaltó Carlos Barragán, el Vicepresidente de asuntos corporativos para América Latina de Nestlé, empresa que trabaja en promover el sindicalismo en su fuerza laboral. 

La nueva Guía Colombia da los elementos para transitar de manera justa y al mismo tiempo impulsar la agenda de paz en el país, promoviendo entornos de estabilidad social, sostenibilidad y resiliencia para las empresas, de colaboración con el Estado y relaciones de confianza con los trabajadores y las comunidades.

Esta Guía se escribió en coautoría con Andrés Hernández, María Catalina Girón, María Paula Gil e Ibeth Natalia Bustacara.

 

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