“Si Colombia ha demostrado solidez en medio del conflicto, no podemos sino imaginarnos los beneficios que vendrán para un país pacificado”, aseguró Marie Andersson de Frutos, embajadora de Suecia en Colombia, en la apertura del Foro Futuro Colombia: paz, sostenibilidad y desarrollo, organizado por la Fundación Ideas para la Paz (FIP), la Asociación de Fundaciones Empresariales (AFE) y un grupo de organizaciones amigas.
Ese mismo optimismo lo expresó el embajador de Estados Unidos, Kevin Whitaker, quien reconoció que la implementación de los acuerdos de paz traerá dificultades y también frustraciones, “pero no me cabe la menor duda de que Colombia es capaz de hacerlo y hacerlo bien: los empresarios están llamados a jugar un papel determinante”, dijo. Whitaker confía en que los empresarios respondan a este llamado con patriotismo y continúen sumando esfuerzos para construir paz. “El desarrollo económico sostenible y la inversión social son esenciales”, añadió.
Una de las principales conclusiones del evento es que no hay paz sin desarrollo. Para Mónica de Greiff, directora de la Cámara de Comercio de Bogotá, “el desarrollo sostenible es el que nos lleva a un mejor futuro de la mano del conocimiento del territorio, del fortalecimiento de las instituciones, la preocupación por el medio ambiente y de la presencia clara del Estado en todo el territorio”.
Esta visión la comparte Rafael de la Cruz, representante del BID en Colombia, quien insistió en que con la firma de la paz con las FARC, Colombia debe repensarse y proyectarse a futuro de manera ambiciosa pero con una visión de país compartida. “La esencia del desarrollo es que todos los ciudadanos contribuyan solidariamente con el bienestar político. Si esa mentalidad existe, de respeto a las libertates de los demás y la conciencia de que todos debemos contribuir, Colombia podrá ser un país de grandes ingresos”, afirmó De la Cruz.
Otra de las claves es fortalecer la presencia del Estado en los territorios que han estado excluidos como consecuencia de la violencia. Para Santiago Montenegro, Presidente del Consejo Gremial Nacional, el país necesita, además de recuperar el monopolio de la fuerza, proveer bienes públicos que han estado ausentes. “Hay fallas en el mercado y fallas en el gobierno. Hay que solucionar las fallas administrativas y las fallas del mercado político: clientelismo, falta de capacidad técnica de los funcionarios y corrupción de la contratacion pública”, aseguró Montenegro.
Sobre los retos de la inversión social para el posconflicto, los participantes coincidieron en que seguirán siendo los mismos, pero con una gran diferencia: ya no habrá conflicto armado. “En una guerra, los que más sufren son lo que menos tienen y hay que seguir trabajando por combatir las causas que generan la desigualdad”, dijo Martín Abregú, vicepresidente de la Fundación Ford. Abregú también resaltó que el verdadero cambio debe venir de las regiones y no ir hacia las regiones (también vea qué opinaron Peter Schechter - Director Adrienne Arsht Latin America Center, Atlantic Council; Ricardo Santamaría, director de Reconciliación Colombia y Silvia Bastante , Head of Philanthropy Advisory, UBS).
Es en este escenario que las empresas deden repensar cómo trabajar mejor con las comunidades. Para Roberto Pizarro, expresidente de la Fundación Carvajal, los mayores retos son la reintegración de los excombatientes y el desarrollo de las poblaciones que se han visto afectadas por la violencia. Estos retos, dijo, solo podrán enfrentarse si se crea la institucionalidad adecuada. “Es una oportunidad de oro para la sociedad civil. Pero las cosas se tienen que hacer bien. Las soluciones vienen de las bases, no desde Bogotá. El modelo debe llevarnos a crear tejido social de la mano de la institucionalidad”, aseguró.
Para María Victoria Llorente, directora de la FIP, “de nada sirve haber firmado el acuerdo con las FARC si no somos capaces de integrar efectivamente el campo colombiano a los circuitos del desarrollo y de la prosperidad. De generar oportunidades más equitativas para la gente y de robustecer un Estado que está en deuda con los ciudadanos”.
Llorente invitó a los empresarios a jugársela por la paz, lo que no implica apoyar incondicionalmente al Gobierno, ni avalar sus orientaciones en materia de paz, empleo o política económica. “Hoy hay un grupo de empresarios que son conscientes de la importancia que tienen en la construcción de condiciones de vida digna en los territorios, así como de su capacidad para generar oportunidades e innovación”. (Así se vivió el Foro Futuro Colombia)
“Hay que integrar el país y el proceso de paz va a facilitarlo”: Sergio Jaramillo
Al cierre de foro, Sergio Jaramillo, Alto Comisionado para la Paz, le insistió a los empresarios que la terminación del conflicto armado es una gran oportunidad y que la paz es un medio para un fin. “Hay que entender la dimensión de lo que estamos enfrentando: este acuerdo no se trata únicamente de que las FARC dejen las armas sino de que resolver los problemas que han alimentado el conflicto. Hay que integrar el país y el proceso de paz va a facilitarlo”, dijo.
Para Jaramillo, muy poco de los acuerdos pueden funcionar sin la participación del sector empresarial, por lo que recomendó la penetración de los mercados en el territorio, trabajar en la innovación y repensar el papel del sector en la reincorporación de los excombatientes de las FARC. Explicó que las FARC se reintegrarán en las zonas rurales de su influencia y le apostarán a proyectos productivos de carácter más asociativo y de cooperativismo, por lo que en muchos casos, necesitarán del apadrinamiento del sector empresarial.
Este foro fue organizado gracias a una alianza entre la Fundación Ideas para la Paz (FIP), la Asociación de Fundaciones Empresariales (AFE) de Colombia, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el UBS AG, el Atlantic Council y la Embajada de Suecia en Colombia.
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