Con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las mujeres de los entornos cacaoteros en el Urabá antioqueño, mediante el desarrollo y el fortalecimiento de su potencial como lideresas y agentes de transformación, la alianza Cacao Conecta —que lideran USAID, la FIP, la Compañía Nacional de Chocolates y Microsoft—, realizó 35 círculos de mujeres a lo largo del 2022 en Apartadó, Turbo y Dabeiba. En estos espacios participaron más de 150 mujeres cacaocultoras, lideresas comunitarias e integrantes de Juntas de Acción Comunal.
Los Círculos de Mujeres son espacios seguros de construcción colectiva de conocimiento, que buscan disminuir las brechas de género a nivel formativo, económico y sociopolítico. “Esto se está logrando a través del fortalecimiento de las capacidades relacionales y asociativas de las participantes, y con el ejercicio de una ciudadanía activa”, explica Juliana Castaño, coordinadora de género del proyecto.
El 48% de las participantes de estos encuentros fueron mujeres que han estado involucradas desde el inicio de Cacao Conecta, y que a lo largo del año, en el marco de las líneas de gobernanza y género lideradas por la FIP, tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre tres asuntos: el significado de ser mujer en el entorno cacaocultor a nivel sociocultural y familiar, el impacto de los roles y estereotipos de género en las relaciones de poder, y la necesidad de protagonismo de las mujeres en la toma de decisiones.
Juliana Castaño destaca que el propósito de estos encuentros va mas allá de la eliminación de brechas de desigualdad. “Otro punto importante es el del trabajo que se hace en pro del empoderamiento femenino. Por esta razón, se motivó en ellas la creación de un plan de vida que vincule las tres dimensiones de bienestar de Cacao Conecta (dimensión humana, dimensión económica y dimensión social.) con la definición de rutas para alcanzar sus metas mediante capacitaciones y alianzas institucionales”, dice.
Un paso más cerca de la institucionalidad
Otro de los objetivos de estos espacios de construcción colectiva es lograr que las mujeres establezcan relaciones con la institucionalidad para que su opinión sea tenida en cuenta. Cacao Conecta logró que 27 mujeres rurales que están vinculadas a la iniciativa participaran en el proceso de actualización de políticas públicas para las mujeres en Apartadó.
Betilda Teherán Beleño, autoridad de género de ese municipio, resaltó la importancia de socializar las políticas para que las mujeres conozcan sus derechos y se vean reflejadas sus necesidades. Así también lo reconoce Hermelinda Plata, cacaocultora, participante de los círculos de mujeres e integrante de la Junta Directiva de la vereda El Guineo en Apartadó.
Gabriela Higuita, politóloga y gestora municipal de Cacao Conecta, fue la encargada de presentarle a las mujeres la política pública como un ser vivo que debe alimentarse con la participación de las mujeres para que cumpla la misión de dar respuesta a sus necesidades e intereses. “Hablamos de las políticas desde la analogía de comprar prendas de vestir sin saber las tallas adecuadas para cada persona. Esto sirvió para ilustrar las consecuencias de formular políticas sobre mujeres sin su participación, teniendo en cuenta que las mujeres rurales son generalmente relegadas de estos espacios por diversos factores”, explicó.
Cacao Conecta también ha buscado impulsar a las lideresas a que ocupen cargos comunitarios de relevancia para sus territorios. Por eso, Doris Morales y Gertrudiz García, presidentas de las Juntas de Acción Comunal de las veredas El Osito y El Tigre de Apartadó, y participantes de los círculos de mujeres y los encuentros de gobernanza del proyecto, fueron elegidas para pertenecer a la Asociación de Juntas de Acción Comunal – ASOCOMUNAL. “Este es un organismo de acción comunal de segundo grado y tiene la misma naturaleza jurídica de las JAC. Allí se trabaja para incidir en decisiones locales y frente a políticas públicas, poniendo sobre la mesa problemáticas barriales, veredales y corregimentales”, explica Lidys Jiménez, coordinadora de Gobernanza de Cacao Conecta.
Los hombres como cogestores del cambio
Por otro lado, 50 productores de cacao de Dabeiba y Apartadó participaron de los encuentros de nuevas masculinidades, una estrategia que incluye a los hombres como cogestores del cambio en la transformación de las relaciones de género.
Carlos Mario Cañaveral, cacaocultor de Dabeiba, destaca la importancia de abrir espacios dónde se hable de lo que significa ser hombre hoy en día. “Aprender que las labores del hogar son una responsabilidad de todos, es algo básico, pero a veces no somos conscientes de esto y nos afecta, no solo internamente en las familias, también a nivel laboral, comunitario y hasta en la asociación de cacaocultores”, dice.
El 35% de los participantes de Cacao Conecta dice estar de acuerdo con la igualdad de acceso a oportunidades para mujeres y hombres. Esto pone de manifiesto el reto de seguir promoviendo la equidad de género con mayor énfasis para los hombres participantes.
“Para el 2023 soñamos con que los círculos de mujeres se conviertan en espacios de construcción de propuestas para mejorar las condiciones de las mujeres desde sus habilidades”, agrega Juliana Castaño de la FIP. Se refiere a propuestas que se materialicen a través de la incidencia en políticas públicas y planes de gobierno en pro de las mujeres rurales y las necesidades de sus territorios y organizaciones. “Que tengan una mayor participación tanto en la cadena productiva del cacao, como a nivel asociativo y político, y puedan acceder con eficacia a los recursos tecnológicos y el universo de posibilidades que este representa”, finaliza.