FIP Opina / 23 de octubre de 2023 / Tiempo de lectura: 5 min.

Liderazgo y elecciones locales: qué está pasando fuera de las grandes ciudades

La participación de los líderes comunitarios es fundamental en las elecciones, aunque muchas veces el desconocimiento, los delitos electorales e, incluso, el riesgo de perder la vida, impidan realizarla.

Esta columna se publicó el 22 de octubre de 2023 en razonpublica.com Leer columna original
  • Autore/as
  • Jerónimo Castillo
    Jerónimo Castillo Director de área
  • María Acosta V.
    María Acosta V. Coordinadora de investigaciones y proyectos

Percepción de los líderes

Desde finales del año pasado, la Fundación Ideas para la Paz (FIP) ha estado recogiendo la percepción de los líderes en algunos municipios afectados por la violencia, para dar a conocer lo que piensan sobre las elecciones y la seguridad en sus localidades.

Este proyecto pretende mostrar diferentes realidades desde los contextos locales y superar las visiones de los líderes de opinión a gran escala o aquellas promovidas por quienes ostentan el poder.

La última medición del Pulso expone la percepción de algunos líderes sobre el desarrollo de la contienda electoral en sus municipios. Estas conclusiones permiten entender el proceso fuera de las grandes ciudades.

No conocen las propuestas

Ocho de cada diez líderes tienen algún nivel de incidencia en el desarrollo de las campañas. Sin embargo, como sucede en muchos asuntos, esta participación no implica conocer lo que proponen los candidatos: apenas el 53% de los líderes conoce las propuestas para la alcaldía y el 36% las de quienes aspiran al concejo.

La falta de conocimiento implica que la movilización de los líderes no siempre constituye un ejercicio democrático de conocer a fondo a sus posibles gobernantes. Necesitamos mejorar la calificación de los lideres para que en la elección se tenga en cuentan las propuestas concretas de los candidatos.

El principal fenómeno que afecta el proceso electoral es la compraventa de votos (59%), seguido por el engaño (34%). Es decir: el desconocimiento y el comercio de votos son los principales riesgos del proceso electoral

En los municipios de riesgo extremo desde el punto de vista de la seguridad (calificados por la Misión de Observación Electoral, MOE), el conocimiento de las propuestas tiende a ser menor.

Inseguridad y delitos electorales

Seis de cada diez líderes han dicho que las campañas electorales no tienen condiciones de seguridad suficientes para su desarrollo.

El 37% de los encuestados reconoce que los grupos ilegales influyen sobre el proceso electoral, con distancia clara entre los municipios con riesgo extremo (46%) y los otros municipios (31%).

Pero el Pulso refleja preocupaciones mayores: el 43% de los líderes considera que las autoridades locales (alcaldía) tienen injerencia indebida en las campañas. Además, el 65% considera que los partidos políticos son responsables de los delitos de carácter electoral, mientras que el 40% responsabiliza a los grupos criminales.

Delitos electorales

El principal fenómeno que afecta el proceso electoral es la compraventa de votos (59%), seguido por el engaño (34%). Es decir: el desconocimiento y el comercio de votos son los principales riesgos del proceso electoral. En los municipios en riesgo extremo, la compra de votos tiene un impacto significativamente mayor (64%).

La coacción o presión sobre el votante ocupa el tercer lugar en las preocupaciones de los líderes, con el 32%.

El impedimento de las elecciones es la octava conducta delictiva que afectaría el proceso y es reconocida por el 12% de los encuestados. Sin embargo, en los municipios con riesgo extremo, asciende a 21% frente al 5% en los demás municipios.

Apenas el 30% de los líderes dice estar informado sobre reuniones estratégicas para prevenir los delitos electorales.

El 76% reconoce a las autoridades locales como responsables de prevenir estos delitos, seguidas por la Fuerza Pública (57%) y la Personería (51%). Es decir, consideran que quienes garantizan la seguridad son quienes tienen injerencia indebida en el proceso electoral. De este modo, no es posible la percepción positiva sobre el desarrollo de las elecciones.

Aumentan las amenazas

La inseguridad personal es el indicador más negativo de los cuatro que considera Pulso en el análisis del proceso electoral.

Los líderes están más amenazados durante el período electoral. El 25% de los encuestados dijo haber sufrido amenazas en el último mes, sin que se encontrara una diferencia significativa con los municipios en riesgo extremo.

Los principales motivos son la defensa de los intereses de sus comunidades y las posiciones políticas de los líderes.

Por eso, la FIP insiste en la importancia de tener datos para entender este fenómeno, su distribución, sus modalidades y su efecto diferencial entre municipios, regiones y subpoblaciones. Solo así se podrá prevenir y controlar este flagelo que atenta contra líderes y población en general.

Mejor información y más seguridad

En síntesis, el Pulso sugiere que las garantías electorales se afectan, ante todo, por los grupos criminales, pero no solo por ellos.  Además, es necesario entender de manera amplia el espectro de las mismas elecciones.

Ocho de cada diez líderes tienen algún nivel de incidencia en el desarrollo de las campañas. Sin embargo, como sucede en muchos asuntos, esta participación no implica conocer las propuestas de los candidatos

Hay grandes debilidades en la participación en las campañas y el conocimiento de las propuestas de candidatas y candidatos. La participación política puede ser vacía si los líderes no pueden cumplir su papel de orientar a los votantes, especialmente en los municipios de riesgo extremo.

Los principales responsables de los delitos electorales son los partidos y movimientos, lo que, sumado a la incidencia de las autoridades locales en las elecciones, constituyen la mayor amenaza para la confianza en la democracia, en palabras de los líderes, por encima de la influencia de los grupos criminales.

Finalmente, los líderes no tienen ideas claras en relación con las medidas para  mejorar las garantías del proceso electoral. Esto deslegitima los resultados, en una espiral que se repite de manera permanente.

Los líderes son cruciales para el funcionamiento de la democracia. Mantenerlos en la ignorancia sobre acciones o propuestas del Estado para garantizar la transparencia de las elecciones no es solo es un riesgo, sino uno de los mayores atentados contra la seguridad misma del proceso electoral.

 

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