Análisis / 8 de noviembre de 2024 / Tiempo de lectura: 5 min.

Lecciones del caso ERPAC para el sometimiento en tiempos de Paz Total

El caso del ERPAC representa una de las principales experiencias de sometimiento colectivo a la justicia de un grupo de crimen organizado en Colombia. Hoy, a la luz de la política de Paz Total, este proceso ofrece lecciones y paralelos que invitan a repensar cómo abordar el sometimiento del crimen organizado.

  • Autore/as
  • Gerson Arias
    Gerson Arias Investigador asociado
  • Carlos Andrés Prieto
    Carlos Andrés Prieto FIP Alumni

Hace casi 13 años, el Ejército Revolucionario Popular Anticomunista de Colombia (ERPAC), que operó en el Meta, parte de Vichada y Guaviare entre 2006 y 2011, decidió someterse colectivamente a la justicia. El del ERPAC fue uno de los primeros procesos de sometimiento de gran magnitud en el país con una organización de crimen organizado (o banda criminal, conforme a la calificación dada por el gobierno de turno), a pesar de que no existía un instrumento normativo especial para este tipo de procedimientos.

El modelo empleado y los desenlaces que tuvo siguen siendo referentes para un escenario que, como el actual, busca precisar un esquema de sometimiento consistente con el momento de la criminalidad que atraviesa el país, las capacidades institucionales disponibles y las obligaciones constitucionales vigentes en materia de justicia, lucha contra la impunidad y satisfacción de los derechos de las víctimas.

Parte de la historia de lo que ocurrió con el ERPAC incluye la presión de los tiempos para llevar a cabo el sometimiento, la falta de información sobre quiénes iban a entregarse, el lugar que las víctimas, la ausencia de una pedagogía para los integrantes de la organización sobre el camino que les esperaba, la poca claridad sobre entrega de información de bienes y aliados, las dificultades del tratamiento de los menores de edad de la organización, y las debilidades de una institucionalidad que no estaba preparada para un sometimiento colectivo.

La FIP analiza la complejidad de este tipo de procesos de sometimientos, la necesidad de generar expectativas precisas y la importancia de preparar oportunamente a la institucionalidad para estos escenarios.

Estos las principales reflexiones del informe: Inventarios olvidados para preguntas vigentes sobre sometimientos a la justicia: el caso ERPAC.

  1. Entender quiénes son: El ERPAC lo integraban personas que permanecieron muchos años en diferentes organizaciones armadas, participaron en desmovilizaciones fallidas y/o reincidieron en la ilegalidad bajo diferentes pretextos. Entender sus historias criminales, caracterizar las organizaciones a las que pertenecieron y anticipar posibles factores de reincidencia, deben ser variables del esquema de sometimiento colectivo a la justicia que se construya hoy en día.

  2. Lo que faltó: El proceso de sometimiento del ERPAC permitió desactivar y judicializar a varios de sus integrantes. No obstante, algunas facciones continuaron operando bajo nuevas fachadas y la violencia persistió donde antes tenían presencia. Además, el proceso no tuvo un componente de resocialización, no incluyó la participación de las víctimas y tampoco estableció lineamientos para entregar información sobre bienes y aliados.

  3. Sin incentivos no hay réplica: Uno de los principales retos de estos procesos es generar un “efecto réplica” que motive a otras estructuras criminales a someterse. Sin embargo, el modelo del ERPAC no ofreció los incentivos suficientes para lograrlo. Para que esto ocurra, el contexto, el marco jurídico y el procedimiento deben crear incentivos efectivos, sin dejar de cumplir con investigar, juzgar y sancionar crímenes graves.

  4. Reglas claras: Los procesos de sometimiento deben establecer “líneas rojas” claras. En lo jurídico, el margen de maniobra lo establece el Código Penal y sus procedimientos: las rebajas de pena, el principio de oportunidad, conservar parte de los bienes o el acompañamiento a la resocialización, son posibilidades para el sometimiento. Eso siempre y cuando opere la asignación colectiva e individual de responsabilidades.

  5. El Estado debe prepararse: El caso del ERPAC dejó en evidencia la necesidad de fortalecer las capacidades institucionales, preparar oportunamente recursos y personal, coordinar entre delegados del Gobierno y operadores judiciales, hacer pedagogía sobre la ruta a seguir para todos los involucrados, la aplicación de un marco jurídico que delimite el sometimiento colectivo y los instrumentos para la judicialización. 

La experiencia del ERPAC revela tanto las posibilidades como los límites del sometimiento colectivo, especialmente en contextos específicos y frente a ciertos tipos de organizaciones criminales. Cuando no hay señales claras de voluntad por parte de estos grupos, y las condiciones legales e institucionales no son las adecuadas, el sometimiento se convierte en solo una de varias estrategias posibles para lograr su desarticulación completa.

En este contexto, sigue siendo clave avanzar en decisiones de política pública que, reconociendo las limitaciones del sometimiento colectivo, promuevan nuevas estrategias de seguridad y desarrollo territorial. Solo así será posible desmantelar progresivamente estos grupos y transformar los esquemas de gobernanza que han impuesto por años en varias regiones del país.

Este informe hace parte de la serie Lecciones de negociar con grupos no rebeldes en Colombia, que la FIP presentará a lo largo de este año en el marco de la celebración de sus 25 años. La serie busca dinamizar una reflexión que aporte a la estrategia de Paz Total tejiendo la historia con el presente, aprovechando la reactivación de la conversación sobre los desafíos de negociar con la criminaldad. La serie empezó con la publicación de “La última negociación del Clan”, que reconstruye la experiencia de la negociación secreta con dicho grupo ocurrida entre 2016 y 2018.

Para la FIP resulta de la mayor importancia conocer y socializar experiencias y lecciones del pasado que arrojen luz a los procesos actuales.

Conozca las lecciones que dejó el proceso de negociación que más ha logrado avanzar con el Clan del Golfo (finales de 2015 a 2018), de cara a la posibilidad de su sometimiento a la justicia en el marco de la Paz Total. Esta investigación contó con el apoyo de las embajadas de Canadá y Noruega. Leer artículo completo

El presidente Gustavo Petro y el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, en Monteria, octubre 2024

Varias reflexiones sobre los elementos diferenciadores de esta negociación frente a las actuales agendas de paz en Colombia. Leer artículo completo

 

 

Etiquetas destacadas