El ecohotel Portal del Sol, en Putumayo, fue el punto de encuentro. Allí, representantes del Grupo Argos, Crepes & Waffles, Nutriselva, Kofán Centro Ecoturístico, ODL y H&G Ingeniería, compartieron diferentes estrategias que lideran sus organizaciones para aportar a la transformación positiva de los territorios y comunidades donde operan.
Los participantes reflexionaron sobre las noticias que registran hechos de conflicto y violencia, contraponiéndolos a temas relacionados con construcción de paz, confianza y desarrollo. Todo esto, para definir qué significa la palabra paz y cuál es la diferencia entre la paz negativa y la paz positiva.
También debatieron sobre la evolución del término sostenibilidad y su conexión con el desarrollo sostenible y la paz. Los empresarios y empresarias destacaron que las prácticas sostenibles han estado vigentes durante mucho tiempo y que, actualmente, las empresas reconocen el potencial de tener operaciones que generen valor económico, social y ambiental.
Son de esas experiencias que van más allá de lo corporativo porque se comparte un modelo y un proceso con otras personas. Son experiencias que se graban como un sello.
Los participantes también dialogaron sobre la necesidad de entender el contexto complejo en el que operan las empresas, la importancia de hacer una debida diligencia para comprender cómo su actuar puede repercutir en las comunidades y, cómo aportar de manera deliberada a la construcción de paz evitando la acción con daño. Igualmente, abordaron las dificultades y los retos que plantea la situación de inseguridad que viven muchas regiones del país, así como estrategias para mitigarla.
La FIP invitó a las empresas a reflexionar sobre qué había que empezar, parar y seguir haciendo en materia de sostenibilidad. Uno de los temas más recurrentes fue empezar a incluir la sostenibilidad de manera más integral en el día a día y como parte de la cadena de valor, así como tener una comunicación clara de estas prácticas con todos los grupos de interés.
Valoro lo que se está haciendo para apoyar a pequeñas empresas. Tener este intercambio de experiencias ha sido maravilloso porque realmente es compartir con empresas grandes que vienen trabajando en aportar la construcción de país.
Sobre lo que se debe parar de hacer, los participantes resaltaron la necesidad de eliminar el prejuicio de que las acciones en pro del desarrollo sostenible son caridad o que se hacen de manera condescendiente. Por el contrario, deben estar encaminadas a generar valor para todos los interesados. La gran conclusion del encuentro fue continuar trabajando en la sostenibilidad como cultura en las empresas.
Las reflexiones y los compromisos
Durante este espacio de intercambio de experiencias empresariales surgieron varias reflexiones compartidas. Una de ellas es que muchas de las acciones, proyectos e iniciativas que adelantan actualmente algunas empresas, ayudan a cerrar brechas de inequidad y aportan a la construcción de paz. Otra reflexión es que las empresas cuentan con un capital que trasciende los recursos financieros —como el humano o el político—; y, una tercera resalta que pueden usar diferentes plataformas para apalancar soluciones que mejoren los territorios donde operan.
¿Hasta dónde deben llegar las empresas? ¿Cómo manejar las expectativas de las comunidades donde operan y de la sociedad en general? La FIP hizo énfasis en que las empresas no son las llamadas a suplir todas las necesidades sociales, sin embargo, las exhortamos a revisar las iniciativas que ya ejecutan leyéndolas a través de los “lentes” de la construcción de paz. Con los recursos que tienen —más allá del tema financiero— se pueden generar relaciones basadas en la confianza y generar valor para la sociedad, el ambiente y los entornos económicos.
Claves para que las empresas eviten profundizar los conflictos
Entender las regiones: Cada lugar es diferente. Las iniciativas que llevan a cabo las empresas son distintas en una ciudad y en una zona rural, en especial si un territorio sufrió el impacto del conflicto armado.
Comprender el contexto: Las dinámicas de un entorno varían de acuerdo con el lugar y el momento. Se requiere entender las situaciones particulares que atraviesa un territorio antes de adelantar acciones. La llegada de una empresa puede exacerbar situaciones de tensión.
Reconocer las diferencias de las poblaciones: Las comunidades tienen diferentes características y estas pueden hacer que su vulnerabilidad sea mayor (por ejemplo, si hay víctimas, personas en proceso de reincorporación o migrantes, entre otras).