Cuando la FIP se creó, las negociaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC atravesaban un punto crítico: desconfianza, incertidumbre, recrudecimiento de la guerra y deterioro de la seguridad. Por eso, un grupo de líderes empresariales, convencido de que su sector podía aportar al fin de la violencia, decidió actuar y creó la FIP.
Inicialmente fue un think tank tradicional y poco a poco fue evolucionando hacia un centro de pensamiento y acción. Hoy, como un “think-and-do-tank”, la FIP continúa apoyando los esfuerzos para construir la paz con un enfoque más aterrizado a las realidades de los territorios, pero que no abandona los anhelos de transformación.
Actualmente, tenemos la oportunidad de repensarnos y adaptarnos a un nuevo escenario, para seguir siendo un actor relevante en el ecosistema de paz en Colombia
Transformar las prácticas institucionales en medio de un contexto global complejo
El surgimiento de nuevos conflictos en el ámbito internacional, las crisis migratorias y los cambios en las políticas exteriores han provocado cambios significativos en las agendas globales de paz y seguridad.
En Colombia, estas situaciones han acentuado la tendencia a la baja de la cooperación internacional, sumadas a la clasificación del país como “economía de ingresos medios-altos” por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Solo en 2023, la ayuda extranjera al país cayó un 37% respecto a 2022. Más recientemente, el cierre de USAID —uno de los principales financiadores del Acuerdo de Paz que se firmó con las FARC en 2016— llevó a la cancelación de todos sus proyectos en el país.
Previendo estos cambios, la FIP ha dedicado los últimos años a fortalecer sus capacidades institucionales (con aliados como la Fundación Ford y Humanity United), aumentar su visibilidad e impacto, y tomar decisiones clave sobre su estructura y sostenibilidad.
Gracias a una subvención BUILD de la Fundación Ford, el equipo participó en el Programa de Innovación y Resiliencia Financiera (FIRE) de Spring en 2024, en un momento de relativa calma institucional y baja presión externa. Esto les permitió continuar reflexionando sobre la identidad, misión y estrategia de la organización.
Muchos de los temas abordados en FIRE ya hacían parte de conversaciones internas, lo que permitió enriquecer los procesos en curso con nuevas perspectivas y herramientas del programa.
FIRE apoyó al equipo de la FIP en tres cambios clave que ya estaban en marcha para consolidar una organización más sostenible.
1. Construir narrativas sobre la paz a partir de una comunicación centrada en los aliados y conversaciones auténticas
Al darse cuenta de que sus narrativas tendían a ser excesivamente técnicas, la FIP ajustó la forma en que cuenta su trabajo. Adoptó un enfoque más cercano, basado en escuchar activamente a diferentes públicos y contar cómo se construye la paz en el contexto colombiano.
Desde impulsar capacidades para la acción y la incidencia, fortalecer organizaciones y liderazgos comunitarios, y crear alianzas innovadoras entre empresas y comunidades; hasta articular al sector empresarial en la transformación de los territorios, acompañar a las empresas en la incorporación de estándares de derechos humanos y generar conocimiento para comprender y transformar los entornos locales: así se ve en la práctica el trabajo de la FIP.
El equipo realizó tres cambios importantes en su manera de contar historias: (1) comunicaciones más frecuentes, (2) lenguaje más sencillo en informes y publicaciones, y (3) poner un rostro humano al trabajo de la fundación (sus investigadores y sus aliados locales, nacionales e internacionales).
Antes, nuestra comunicación giraba en torno a momentos puntuales en los que publicábamos informes o recomendaciones de política. Ahora entendemos que la clave está en la presencia constante: llenamos los silencios con contenidos diversos, dinámicos y estratégicos, lo que mantiene viva la conversación y amplifica nuestro impacto cada día”, comenta Juliana.
La comunicación centrada en la audiencia es una pieza esencial del programa FIRE, permitiendo a los equipos evidenciar de manera clara con donantes y aliados el por qué necesitan recursos que impulsen su misión.
Para la FIP, aprovechar la comunicación para cerrar la brecha entre el conocimiento técnico y las experiencias de las personas que viven en territorios afectados por la violencia ha permitido al equipo cultivar relaciones más auténticas con aliados actuales (y potenciales).
Esta renovación en la comunicación surgió del compromiso de la FIP de ser más que una fuente de información. Al crear espacios digitales que reflejan su rol como centro de pensamiento y acción, la organización se posiciona como un actor activo en las conversaciones sobre paz, seguridad y desarrollo sostenible.
El equipo ahora amplifica mejor las voces de las personas que acompaña a través de sus iniciativas nacionales y locales, y espera que estas nuevas comunicaciones ayuden a ampliar su red y abrir nuevas oportunidades de colaboración.
2. Gestión Financiera Estratégica: el valor de la planeación y la proyección de escenarios
Durante años, el enfoque presupuestal de la FIP se centró en las necesidades inmediatas de sus proyectos e iniciativas. Este modo de operar ha evolucionado hacia un enfoque más integral y estratégico.
Uno de los logros más importantes ha sido alinear los recursos financieros de la FIP con sus prioridades estratégicas, incluidas sus metas de sostenibilidad a largo plazo.
“Estamos en una buena posición en este momento porque tenemos ahorros y, gracias al presupuesto estratégico, podemos reflexionar y evaluar opciones de sostenibilidad de manera proactiva y no reactiva”, agrega Juliana.
El presupuesto estratégico es una herramienta del programa FIRE que permite a las organizaciones visualizar y comprender fácilmente sus verdaderos costos directos e indirectos por programa en un año determinado y cómo se financiarán esos gastos.
Con esta herramienta, una organización puede identificar rápidamente déficits o superávits de financiamiento, fondos restringidos o no restringidos, y qué tan diversificados están sus ingresos. Esto permite a los equipos de liderazgo tomar decisiones estratégicas para los recursos con las necesidades reales de la organización, asegurando la recuperación de todos los gastos, la inversión en la misión y las metas de sostenibilidad financiera.
Por ejemplo, con el apoyo de los miembros de su junta directiva, la FIP pudo evaluar rápidamente su salud financiera. Esta información le ha permitido tomar decisiones para diversificar aún más sus fuentes de financiamiento y reasignar recursos no restringidos según las necesidades actuales, una decisión proactiva que mitigó el impacto de los recortes de USAID a principios de 2025.
Este trabajo también ha abierto la puerta a conversaciones importantes sobre la movilización de recursos no restringidos para apoyar las operaciones institucionales esenciales.
3. Explorando nuevas alternativas financieras con la paz en el centro
El tema más reciente en la agenda de resiliencia financiera del equipo es la exploración de modelos financieros alternativos (más allá de las subvenciones tradicionales).
El equipo está explorando cómo podría ofrecer servicios basados en su experiencia y sus capacidades. También están analizando el potencial de mecanismos financieros innovadores, como la inversión de impacto, las finanzas combinadas (blended finance) y el patrocinio fiscal. El objetivo es fortalecer la base institucional de la FIP y diversificar sus ingresos sin perder de vista su misión y estrategia.
A menudo, estos modelos de financiamiento alternativo requieren un tipo de experiencia diferente a la que normalmente tienen las organizaciones no gubernamentales. Con esto en mente, el equipo está priorizando conversaciones sobre las capacidades internas que necesita desarrollar para avanzar con las ideas más prometedoras.
Estos mecanismos son una oportunidad para capitalizar nuestra experiencia y rol de bisagra en el ecosistema de paz, movilizando actores y recursos para transformar los territorios más golpeados por la violencia
¿Qué sigue? Nuevas oportunidades
Hoy, la FIP está fortaleciendo sus relaciones con el sector empresarial y renovando su identidad como aliado estratégico de las empresas que promueven la paz y el desarrollo sostenible. Lo hace con la convicción de que los desafíos de la paz están profundamente ligados a los del desarrollo, y que una paz duradera sólo es posible con un Estado y una ciudadanía fuertes, y con un sector empresarial que prospere y utilice su potencial para generar bienestar e inclusión en los territorios.
Otro desafío en el horizonte, será comunicar el propósito e impacto de la organización para movilizar nuevos aliados y recursos. No existe una fórmula única para construir la paz. Es un campo interdisciplinario que puede adoptar múltiples formas. Solo en 2024, la FIP gestionó 52 proyectos en 84 municipios. Aprovechando sus nuevas estrategias de comunicación —y el hecho de que, desde 2014, ha sido una de las organizaciones más admiradas de Colombia por las y los líderes de opinión—, la FIP está bien posicionada para seguir comunicando creativamente y con profundidad su trabajo.
Así como el rol de la FIP ha evolucionado con el tiempo, su modelo financiero seguirá adaptándose al mundo que la rodea. La resiliencia financiera, al igual que la paz, es un proceso que se construye a lo largo del tiempo, cada día, por personas y organizaciones que trabajan juntas.